martes, 27 de enero de 2015

Yo y mis gafas.


Nos suele pasar a casi todos el negarnos a mostrar ciertas partes de nosotros, a no aceptar ciertas cosas que necesitamos, cosas que nos hacen bien, y algo así me pasa a mí con el tema de las gafas.

Seguro que muchos de los que me conocen no saben ni que las tengo, tan sólo las personas más cercanas saben que debería llevarlas para todo y que me cuesta salir con ellas a la calle.

Creo que muchos me entenderán y serán capaces de ponerse en mi piel si hablo de las veces en las que algún compañero de clase me ha regalado algún adjetivo malsonante haciendo referencia a mis gafas, y es que un niño no es capaz de ver el peso de sus palabras, el daño que pueden causar y cómo marcará eso a la persona de la cual se mofa.

Y está claro que la cosa no queda sólo en las gafas. Muchos niños tienen que pasar también por bromas y risas acerca de sus aparatos, de su acné, de estar "gordito"... por no hablar ya de la forma en la que vista si la economía familiar no es buena, o de cualquier otro defecto o problema de salud...
Es una lástima que la sociedad en la que vivimos vea estos gestos como "cosas de niños", gestos que quedan marcados a muchos durante mucho tiempo, y que pueden llegar a extremos de violencia en colegios e institutos.

Tal vez la clave estaría en saber educar desde pequeños, en respetar y tolerar, en cambiar la visión superficial y adentrarnos en la personalidad.

Las personas que hemos sido objeto de bromas crecemos, y yo al menos sé que el llevar unas gafas no me hace ni mejor ni peor persona, eso va dentro de mí, pero igualmente me cuesta que me vean con ellas, así que en esta segunda entrega del nuevo proyecto os las presento, para que me conozcáis un poquito más.



2 comentarios :

  1. Hola Marian, surcando los mares el viento me ha traido hasta tu blog.
    Leyendo este post, la verdad es que poco hay que añadir, comparto totalmente tus palabras, cualquier cosa que se salga de "lo normal" te afecta en tus relaciones con los demás.
    En la etapa infantil y juvenil, cuando se está forjando la personalidad y estamos en un lago lleno de dudas e inseguridades es cuando más sufrimos las consecuencias de las formas, modos y comentarios.
    Es cierto que cuando pasas a la edad adulta ya tienes las herramientas suficientes para que esto no te afecte o al menos ya no te afecta tanto (aunque depende de los casos) pero es cierto que estos años de atrás no se olvidan facilmente.
    Bueno me ha encantado tu blog, tu autoretrato y tus fotografías.
    Por cierto también hace unos años pasé por un bache de salud con nombre de horóscopo y redescubrí La Fotografía hasta convertirse en una afición-pasión-obsesión.
    Un saludo fotográfico desde Asturias.

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    1. Hola Manuel :)

      Me alegra muchísimo que hayas encontrado este pequeño rincón y que te haya gustado, estás invitado a volver cuando desees ;)

      Y aunque no es comparable a tu caso, yo descubrí la fotografía también es una mala época de mi vida, y fue una de las cosas que me ayudó a ver el mundo de otra manera y seguir adelante, sonriendo y valorando cada momento.

      Muchas gracias por tus palabras y encantada de conocerte, ¡saludos!

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